El juego es un referente metodológico que debe ser reconocido, sin embargo, en preescolar es una técnica poco utilizada dentro de los salones de clases, los cuales están relacionados directamente con las relaciones sociales, cognitivas y motoras de los estudiantes.
Beneficios
“Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que
mirando. El juego que hacen solos sin el control de los adultos es
la forma cultural más alta que toca un niño. Los niños que han podido
jugar bien y durante mucho tiempo serán adultos mejores” Francesco Tonucci.
Aprender jugando estimula la imaginación y creatividad, por lo que el estudiante podrá desarrollar sus valores y un mejor seguimiento de normas. Al mismo tiempo el niño tendrá una mejor noción del espacio y tiempo, lo que significa que al jugar crean y aprenden.
Los cinco tipos de juego
Es importante que los juegos en clase están guiados por medio de instrucciones claras, con el objetivo de desarrollar habilidades y capacidades.
El juego libre, es cuando los estudiantes juegan con su cuerpo, juguetes u objetos, siendo estos guiados por su curiosidad. Aquí no hay reglas para ellos, sino que crean e inventan, expresando sus sentimientos, representando posibles vivencias y haciendo preguntas.
Aquí es posible observar la madurez y la evolución del pensamiento creativo del estudiante, y a su vez se refuerzan sus capacidades motoras y cognitivas.
El juego dirigido o supervisado por un adulto forma parte del proceso socio afectivo de los niños, pues desarrolla un vínculo entre el adulto y el niño, por lo que es importante que no solo se realice con los docentes.
El juego autoritario, aquí el docente decide todo lo que pasará en el juego.
El juego bilateral, el adulto o maestro observa y dirige la actividad desde la distancia.
El juego pseudo democrático, en donde el niño se debe expresar de manera libre pero siempre con la guía de un docente quien tomará la dirección del juego.